La mayoría de las personas, al responder rápidamente, diría que no. Y tiene sentido, ya que al pasar más tiempo en el hogar aumentaría el tiempo en que se utilizan las luces, se usa la computadora o se ve televisión, solo por nombrar algunas actividades.
Sin embargo, sí es posible consumir menos energía eléctrica, pero para ello se deben modificar algunos hábitos que beneficien al medidor que, sobre todo, vayan en conjugación con las prioridades. Aquí, algunos:
1. Electrodomésticos en condiciones: La clave de la eficiencia, además de los hábitos, radica en el desempeño de los aparatos de casa. Calentadores, microondas, termos y demás deben estar en condiciones óptimas para funcionar de manera correcta y no derrochar energía en forma de calor, por ejemplo.
2. Horarios: Saberlos controlar es fundamental para delimitar el uso de los aparatos. Por ejemplo, si se trabaja homeoffice en el mismo horario de oficina, es recomendable apagar la computadora - o lo que se esté haciendo - en cuanto el horario finaliza. Y hasta se debe recordar desenchufar cargadores que no se utilicen y todo aquello conectado a la red eléctrica sin necesidad, ya que se está malgastando energía a través del llamado "efecto fantasma".
3. Iluminación eficiente: Una buena alimentación evitará prender las luces en ambientes necesarios. Así, por ejemplo, es mejor estudiar con luz natural que prendiendo la luz, ya que además de cuidar la salud visual se evitar el consumo de electricidad. Asimismo, también se debe recordar que emplear iluminación LED abaratará significativamente el costo de energía.
4. Ventilar el hogar: Ventilar los ambientes, además de favorecer la prevención de contagios de coronavirus, genera una corriente de aire que equipara la temperatura interior y exterior, logrando un equilibro y evitando el uso de equipos de aire acondicionado o calefactores. Por ejemplo, para evitar el escape de calor o de frío, es recomendable abrir las ventanas por cortos periodos de tiempo pero con mayor frecuencia.
5. Aprender a usar electrodomésticos: Equipos como el horno, la secadora o el lavavajilla consumen mucha energía en poco tiempo, por lo que lo recomendable es usarlos con programas eco y a plena carga para que los tiempos y niveles de consumo no aumenten de manera desproporcionada.
Aplicando algunos pequeños cambios en los hábitos, será posible mantener una actividad casi normal sin pagar de más en la factura eléctrica.