Aunque es bien sabido que existe un compromiso global por ser más responsables con el medio ambiente, el crecimiento de las sociedades humanas conlleva un aumento en el uso de recursos y la generación de desechos, por tanto, la degradación y afectación ambiental sigue presente en todo el mundo.

Se estima que para el año 2050 la población mundial habrá aumentado a alrededor de nueve mil millones de personas, con lo cual se prevé que la producción de energía aumentará en un 50 por ciento aproximadamente. Hacer las paces con la naturaleza es insoslayable.

De aquí que se considere al acceso universal a una energía limpia, asequible, segura y no contaminante. Sin embargo, para lograrlo es necesario llevar a cabo una transformación en la producción, distribución, almacenamiento y uso de la energía, proceso en el que la tecnología y la innovación serán necesarias.

Es precisamente en este escenario en el que la Electricidad 4.0 constituye un elemento fundamental, porque representa la evolución hacia un nuevo mundo más eléctrico y digital.

Por ello, adoptar medidas concretas y metas cada vez más ambiciosas cobra mayor valor en el contexto actual, ya que una energía digital permite una mayor eficiencia y gestión inteligente de los recursos, aumentando su potencial y siendo más sustentable en el proceso, utilizando aliados como el Internet de las Cosas, por ejemplo.

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